27 febrero 2004

Dormitando sentado

Ya van varias ocasiones que me cachan dormitando sentado en mi lugar. Siempre me preguntan que cómo le hago, no sé si sea una cualidad o un defecto de fábrica pero para mí no es nada difícil. Claro que no es de todos los días, sólo cuando vengo desvelado al trabajo y sobretodo después de la hora de la comida, son mortales para mí. Creo que la primer semana de que llegué a trabajar mi jefe pasó a visitarnos a nuestros lugares y yo frente al monitor con los ojos cerrados. Como que le dio pena despertarme o no sé pero yo nadamás sentí su presencia y en chinga que abro los ojos, con la pena del mundo y sólo dije "ah, qué desvelado estoy, qué pena..." y creo que me puse rojo como es usual en mí. Pero bueno, es buena onda y no la armó de tos. También me es muy fácil dormirme en vehículos en movimiento. Antes cuando salía del trabajo nos íbamos Karla y yo en el mismo camión y nos sentábamos juntos. Platicábamos un poco y luego de poco rato yo me quedaba en silencio. Dice Karla que luego ella me preguntaba o comentaba algo y que yo no le respondía por lo que ella me volteaba a ver bien y veía mis ojos cerrados y le daba risa porque varias veces la dejé hablando sola.

Ahora que me pongo a recordar, creo que eso tiene su origen en mis épocas de la primaria. Todas las mañanas pasaba el camión escolar por nosotros para llevarnos a la escuela. De trayecto era como media hora o cuarenta y cinco minutos, no recuerdo. Ese tiempo lo utilizaba generalmente para dos cosas: para terminar de hacer alguna tarea utilizando la mochila en mis piernas como mesa de apoyo o para dormir. Terminando las clases nos regresábamos de nuevo en camión a nuestras casas y ya sea que te pusieras a platicar, jugar o dormir. Tanto en las mañanas como en las tardes era muy chistoso ver a muchos niños también jetones con su cara pegada en el vidrio del camión en sueño profundo, algunos babeando y otros rebotando su cara en el vidrio cuando el camión pasaba algún bache, y ni así se despertaban. Por otro lado, creo que nunca me quedé dormido en clase, lo que luego hacía era cruzar los brazos y con mis manos ocultas me pellizcaba los brazos para que el dolor me despertara, sí funciona aunque no por mucho tiempo. Bueno, pero no soy tan dormilón, claro que me encanta dormir, pero cuando se trata de desvelarme, soy muy bueno y aguanto bastante.

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