Siempre me ha gustado el cine, ¿a quién no?. Pero no sólo buen cine, también el malo. Dentro de mi colección de películas me gusta tener material que cae en la categoría de "
So bad it's good", películas que son tan malas que son buenas, películas que hasta son desintencionadamente divertidas que dan ganas de ver por el simple gusto al mal gusto.
Hay mucha tela de dónde cortar en este tema, aunque no es algo que mucha gente pueda apreciar (o soportar). Hay que tener la mente abierta y dispuesta para poder apreciar las cosas desde otra perspectiva. Es notable la cantidad de grupos de fans de cosas y temas muy específicos, no tan solo de películas, directores o actores, también libros, bandas, juegos, objetos, series de televisión, etc. Los
seguidores de culto se caracterizan en que son apasionados en su tema y se asocian con la cultura undeground así como también cosas demasiado raras o bizarras para ser del gusto general o mainstream. Muchos dirían que apestan.
Me acordé de esto porque hoy vi que alguien estaba vendiendo
cámaras Holga y me acordé que en la clase de fotografía la mencionaron. Es una cámara de plástico ochentera, más bien, un juguete, que toma fotos de baja calidad y que es famosa por los efectos (en realidad defectos) obtenidos de vignetting, blur, light leaks y otras distorciones que algunos considerarían "malos" pero que llevaron a convertirse en una cámara de "arte". Probablemente la foto más famosa es la que tomó David Burnett a Al Gore en su campaña, la cual ganó el premio Eyes of History en 2001. Aunque el efecto se puede conseguir con software, a mucha gente le gusta conseguir el efecto por hardware.
Pero bueno, no con esto digo que la foto sea mala, al contrario, más bien el punto es que una cámara chafa se convirtió en objeto de culto y mucha gente paga una buena lana por tener una.