03 julio 2007

El Futuro del Libro Vaquero

Hace poco un amigo del trabajo comentó a la hora de la comida que estaba leyendo un libro, Diablo Guardián de Xavier Velasco, e hizo una referencia a una anécdota del mismo. Sólo otra amiga también comentó al respecto pero nadie más le siguió. Lo único que yo sabía del libro era que había ganado un premio Alfaguara hace pocos años y que le había gustado a todos los que lo habían leído en su momento. No sé por qué nunca lo leí, por flojo supongo. Al día siguiente a la hora de la comida volvió a comentar otra cosa del libro y de nuevo sólo mi amiga le hizo segunda. Me dio curiosidad por leer el libro pues se escuchaban interesantes sus comentarios y quería también poder platicar con ellos del mismo. Al día siguiente me dijeron que tenían el libro en formato digital y que con mucho gusto me lo pasaban. Comencé a leerlo en mi casa y avancé hasta donde mis ojos me lo permitieron, ya que me comenzaron a arder por el brillo de la pantalla LCD. Además del cansancio de la vista también me cansó el hecho de estar sentido frente a una computadora justo como lo había estado durante el día en el trabajo y también noté que habían varios errores tipográficos y ortográficos producto de un mal escaneo del texto. Ya después me prestaron el libro en su formato tradicional y fue muchísimo más cómodo para mí leerlo así en todos los sentidos. Algo bueno de comenzar a leer el libro en formato electrónico fue que despertó mi interés en seguir leyéndolo y que fácilmente marqué frases y citas sin rayar un libro prestado.

Hace algunos años tuve la oportunidad de involucrarme con un proyecto de bibliotecas digitales en el ITESM. Primero en prácticas profesionales y luego como tesista. El proyecto se llama Phronesis y básicamente es una herramienta que te permite almacenar grandes cantidades de documentos digitales, hacer búsquedas rápidas en documentos así como la lectura y obtención de los mismos. Un buen uso que se le da es para guardar las tesis de los alumnos graduados de maestrías, pero se puede utilizar para prácticamente cualquier colección de documentos digitales, como artículos científicos, obras literarias, letras de canciones, etc. Creo que es una gran ventaja apoyarse en la tecnología para hacer más rápidas tareas como localizar información específica dentro de un documento, ubicar un libro en la biblioteca (física o virtual) o incluso leer online ciertas obras que de otra manera resultaría muy difícil o costoso. Tener un libro en formato digital o electrónico tiene sus bondades, al menos yo creo que todos las hemos aprovechado pero no nos damos cuenta pues damos por hecho que así tiene que ser. Muchos niños o adolescentes creen que toda la vida han existido los CDs, la televisión, el messenger o la misma Internet. Dan por hecho que todo debe estar en Internet y con la facilidad de unos clics. No los culpo. A lo cómodo uno siempre se acostumbra. Y es que resulta ahora cada vez más fácil encontrar todo de todo en la red, ya sea en sitios normalitos o en los tan famosos warez o similares. Que si está prohibido algo, a todo le encontramos la vuelta y llegamos al mismo lado, sólo es cosa de preguntar y buscarle. Libros electrónicos hay para aventar para arriba y la lista sigue creciendo a cada rato. La cosa es que pareciera que ahora el pasatiempo favorito de los internautas fuera escuchar música en myspace, ver videos en YouTube, leer blogs o usar facebook que leer alguna obra literaria. Y me incluyo. También reconozco que he fracasado en mi propósito de año nuevo de leer 52 libros este 2007 (uno por semana en promedio), ya que para estas alturas debería haber leído 26 y a duras penas llevo la mitad de uno, del Dibalo Guardián (creo que un libro al mes es una meta más alcanzable para mí).

El futuro del libro no me preocupa tanto, me preocupa más el uso del mismo, que se lea en sí sin importar si está en un USB drive o en un disco duro, si está en pdf o en txt, que si la computadora, procesador de textos o el dispositivo electrónico nos convierte el texto en voz para no leer o si (poniéndonos muy sci-fi) eventualmente el libro lo conviten en un ultra-mini-microchip que lo insertamos en el cerebro para tenerlo ahí incrustado conectado a nuestra memoria para leerlo (o vivirlo) en el momento que queramos. La forma de representar un libro ahora se limita al código binario. Una secuencia de ceros y unos nos ha bastando para poder hacer prácticamente todo lo que queramos hasta ahora. Eso no es el problema, el chiste es que, cualquiera que sea su formato y cualquiera que sea su forma de leer, que se lea. Es toda una experiencia siempre enriquecedora. Como decía un maestro del ITV que se jactaba de ser extraterrestre y que un día vendrían por él (Carlitos Lagunes, qepd): "¡Lean, lo que sea, pero lean!... aunque sea Memín Pinguín... ¡pero lean!", y muchas veces nos burlamos del Libro Vaquero y de los periódicos amarillistas, pero creo que siempre es bueno leer de todo, desde basura hasta lo más elevado que podamos, simplemente es parte de la cultura y un reflejo de nuestra humanidad. Yo siempre he dicho que todo lo que leemos, así como todo lo que vivimos, bueno y malo, nos sirve de algo, lo interesante es saber usarlo.

Ahora Google está muy interesado en almacenar todo en una especie base de datos universal para tener un rápido acceso a lo que se nos ocurra. El trasfondo es como coleccionar toda la cultura mundial, pues ya no estamos hablando sólo de texto plano, de páginas web, como lo era en un principio. Ahora vemos enormes cantidades de imágenes, videos, audios, multimedia y de todo los que queramos. Como que la tendencia es que todo esté ahí en algún lugar, por si se ofrece. Esto ofrece la ventaja que si me antoja, o se me ofrece, documentarme sobre cultura en chocolate o himnos nacionales africanos (por decir algo), que lo pueda hacer con el cansancio de unos clics, y lo mejor de todo (y lo que más nos atrae): gratis. Información gratis, música gratis, libros gratis, todo gratis... ¿todo gratis?... ¿pero a qué precio? Suena irónico pero así es. Hay un dicho que dice que si te cuesta algo lo valoras más. Yo por ejemplo, disfruto mucho poner un disco de audio original en el coche, como que hasta me dan más ganas de ponerlo, abrir su caja y ver el diseño y el arte y todo lo que implica el producto que compré, que si sólo lo bajé y quemé (porque yo no compro discos piratas en la pulga, diría un amigo "no fomentes la piratería, ¡practícala!", pero en mi caso es sólo de uso personal y sin lucro alguno). Bueno, eso me pasa a mí, no se a tí. Lo mismo me pasa con los libros. He bajado libros y los imprimo, los leo y luego ya los quiero tirar porque me es incómodo tener tanta hoja suelta en un folder, hay quienes son más propios y hasta los engargolan. Total que ocupan más espacio y luego se ve feo tenerlos así tu biblioteca personal y tampoco dan ganas de releerlos. Yo promuevo el movimiento y la filosofía de open source que todos los linuxeros entienden, y apoyo que podamos tener las cosas gratis en la red, pero de igual forma impulso a que se compren productos originales como discos y libros, tampoco es pecado pagar, digo, si todo fuera gratis dónde queda el flujo de la economía (yo no sé mucho de esas cosas pero supongo que algo malo debe pasar si nadie comprara nada). Si te gusta algo y tienes el dinero, cómpralo, pero si de plano no te alcanza en ese momento o no es tu prioridad pero estás muy interesado, busca una alternativa, pero siempre con miras a terminar comprándolo, bueno, eso es lo que yo hago. Pero bueno, ya estoy desviándome mucho del tema.

Por raro que suene, creo que el futuro del libro podría terminar siendo el papel, pero no el papel común y corriente de ese bond normalito, sino uno especial que soporte el paso del tiempo. Una vez escuché una nota en la radio de un grupo que se encargaba de cuestiones de cápsulas del tiempo y esas cosas de preservar mensajes para que en el futuro cualquiera que los llegara a ver pudiera leerlos, interpretarlos, aprender de ellos y demás. Muchos pensaron "¿pues en formato digital no?", pues sí, cadenas infinitas de ceros y unos los puede leer cualquier CD/DVD-ROM, por ejemplo, pero esas cosas en un futuro muy muy lejano, así como las computadoras como las conocemos al día de hoy, podrían (serán) la cosa más obsoleta del mundo. Es como si ahora te encontraras en la calle tirado un disquete de cinco pulgadas y un cuarto... bueno, no vayamos tan lejos, uno de tres pulgadas y media... ¿dónde lo lees? los bits ahí están, si bien te va y no se desmagnetizó por dejarlo sobre una bocina. ¿Sí me explico? el chiste es que después de darle una buena pensada terminaron por decidirse en regresar a la base, el papel, ya que hay registros de rollos de papiros y documentos antiquísimos que aún se pueden leer pese al paso del tiempo sin requerir de ningún aparato raro para reproducirlos, sólo los ojos (oh cuerpo, máquina perfecta). Entonces, volviendo al punto, este grupo de las cápsulas del tiempo se decidió por un papel especial con características muy particulares que permiten apilar grandes cantidades de hojas y creo que la idea es almacenarlas bajo la tierra en u lugar muy seguro, de manera que si "algo" sucede con la tierra, al menos eso se pueda desencapsular por "alguien" y que vea qué rollo con nuestros problemas y demás. Así como nosotros (bueno, los arqueólogos y afines) interpretan piedras talladas y dibujos rupestres, así alguien más podría leer nuestros jeroglíficos en un futuro muy pero muy lejano cuando la tierra cumpla su ciclo (que según el Calendario Azteca está a la vuelta de la esquina) y sucumba ante tanto desorden climatológico con deshielos y calentamiento global... ¡douh!

Pero bueno, sin ponernos tan futuristas, dramáticos o pesimistas, por otro lado me parece que en un futuro más cercano y más alentador, yo me imagino que productos como el iPhone o el Sony Reader son una excelente opción para poder llevar a donde queramos nuestros Libritos Vaqueros o nuestro Don Quijote De La Mancha a donde queramos y lo podamos leer en el trabajo, en la casa, en el cuarto, en el parque, en el camión, bajo un árbol, en la sala de espera del aeropuerto, en el avión, en el baño o en el antro... bueno, no, hay cosas que en el futuro simplemente no van a cambiar. Mientras tanto sigamos leyendo todo lo que podamos ya que al leerlos le estamos dando ya un mejor futuro al libro.

Algunos enlaces interesantes:

5 comentarios:

BlackTigerX dijo...

'ta ma... te inspiraste con eso de los libros...

Anónimo dijo...

alaaaaa tod0 eso escribistee!
:)

Anónimo dijo...

No manches no dormisrte o que !!!! como dicen los regios te la bañaste...pero..muy bueno !!!
y te mando un beso ..pero no en tu lunar , ya me lo gano la chica de humo va !!
besos !!!
ya sabes quien soy ..piensa con el estomago !

Simona Sixx dijo...

Pues a mi sí me gustó todo eso que escribiste porque a veces me pongo igual de pensativa. Yo siempre preferiré un libro normal porque en pc no se saborea igual una novela y no aguantas. Yo no he aguantado ni una.

En lo que yo me he puesto a pensar también es en le futuro de los blogs, ¿qué ocurrirá? Las cosas que blogeamos sobrevivirán en factor tiempo?

ra_dewar dijo...

Interesante tu perspectiva.
En un futuro, hablando de pocos años, o quiza hasta meses (jajaja) todo sera portatil...

El link para la segunda parte de Bitches Brew de Davis, esta reparado, gracias por visitar mi blog.