28 noviembre 2004

El karaoke del terror

Domingo a mediodía, me despierto de un sueño reparador aunque interrumpido por algo que me perturba. "¡No culpes a la noche.. no culpes a la playa!...", canta una señora rompiendo los tímpanos de los incautos que se atraviesan ante los nada melodiosos acordes musicales que salen del micrófono de un karaoke en una fiesta a un par de cuadras de mi casa. "¡No culpes a la lluvia... será que no me amas!...", qué pensaría el mismísimo Luis Miguel si escuchara aquél crimen musical. ¿Uno qué culpa tiene? Me meto al baño y espero a que el agua comienze a salir caliente para regularla con la fría, mientras tanto a lo lejos el suplicio vuelve. "Nada, nada, nada... para tí no tengo amor, no tengo amor ni tengo nadaaaa!...", ahora con el "Juanga". A esa mujer nadie la ha desengañado de que su voz no dulce es como la miel, ella insiste en turbar el silencio. A veces me da pena ajena pues ella se ve que le mete feeling, casi me la puedo imaginar: sin ver las letras en la pantalla del karaoke sino hacia el público masoquista, con una mano sosteniendo el micrófono y con la otra al aire con los dedos extendidos, cerrando los ojos como metida en su papel y vibrando un poco la voz, cualquiera diría que hasta está concentrada en lo que hace. Tal vez sea la convención anual de sordos o algo así porque nadie en su juicio soportaría más de una canción. Y así se aventó un repertorio bastante surtidito, pasando por salsa, baladas, norteñas y cumbias. "¡Devórame otra vez!", continúa ella y yo me dipongo a cerrar las ventanas de mi cuarto y luego salir de la casa. Al principio me divertí un poco pero no vaya a ser que luego me guste, aunque debo reconocer que he escuchado peores casos. ¡No puede ser, ahora están dos señoras cantando de Timbiriche!, "Tú y yo somos uno mismo, uooh!", no me extrañaría que después cantaran una de Paquita la del Barrio o de Pimpinela.

3 comentarios:

Jerry dijo...

Jajajajaa, ahora si que estoy tirado de la risa, menos mal que sólo me entero por lo que platicas, no te envidio ni tantito, ¿será que uno mismo no se da cuenta de sus alaridos?, vaya, debería haber una especie de multa del ayuntamiento o algo por el estilo, a aquellas personas que contaminan auditivamente... ¡por piedad!... excelente blog.

La señora Presidenta dijo...

Aldo... creo que ha de cantar peor que yo, digo, para que te quejes de los alaridos..
jeejejejje

Las comprendo, cuando una quiere sacar el dolor, aunque sea auyando lo haces... :)

Anónimo dijo...

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