01 agosto 2006

Entre miel y sal... y otras cosas

Pues aquí escribo este post hecho a sugerencia de "Chabelita" (la hermana luna o la hija del padre), una fan que me lee desde las remotas tierras de un lejano convento.

No es que le haga promoción al nuevo disco de Julieta Venegas titulado 'Limón y Sal', pero sí tiene que ver con ese tema en común: el amor, el desamor, sus sabores y el menjurje que todo eso implica. El amor es dulce, es salado, es frío, es caliente, es ácido, es amargo, es es seco, es húmedo, es placentero, es doloroso. El amor es como la pimienta, el hielo, puede como tragarse una caja de tachuelas y pasárselas con aguardiente (en ayunas y crudo), o también puede ser como probar tu platillo favorito en tu cumpleaños.

Ya no sé ni qué pensar acerca del "amor". Cosa dual que nos trae como pendejos haciendo pendejadas antes, durante y después de que nos pasa. No todo es malo, no todo es bueno, sino todo lo contrario (uh?), es decir, un día puedes estar empalagado por sus dulces mieles y al día siguiente asqueado por lo salado de su sabor. Y sin embargo, ahí estamos todos, caminando en esta vida, buscando y encontrando, encontrando y desencontrando, desencontrando y volviendo a buscar.

El amor tiene muchas facetas, creo que eso no es ningún secreto, siempre es diferente cada vez, si no, esto sería aburridísimo. Hay amores que duran horas, otros días, otros años, sin embargo, estas cuestiones del corazón, la mente y la carne son como atemporales, pues instantes pueden durar por mucho tiempo o al revés, es al gusto del cliente.

En mis 27 casi 28 años [cumplo años el 18 de Septiembre, por cierto ;p], siempre me ha llamado la atención el cómo es que las parejas comienzan su relación sentimental-amorosa-pasional. Me da curiosidad cómo es que dos personas pudieron encontrarse entre un mar de gente. A veces son eventos fortuitos, como la clásica fiesta/boda/reunión a la que alguien no quería ir y fue por puro compromiso y ahí conoció al amor de su vida (sé de varios casos), o hasta unos más parecidos a los de las películas como encuentros casuales en elevadores o como cuando en la escuela se chocan y a alguien se le caen los libros y al levantarlos se quedan viendo ambos a los ojos, se pone todo en cámara lenta y hasta una brisa mueve sus cabellos. En fin, cosas de esas que me imagino que muchos quisieran que así fuera el primer encuentro con el amor de verdad. Debe ser chido, la verdad es que han vendido bien esa idea en las películas y en la televisión, aunque creo que, si bien es cierto que existen casos como de película, la mayoría de las veces no es así.

El amor es como una conjunción de idealizaciones, fantasías, gustos, hormonas, neuronas y feromonas compitiendo por ver quién gana, idealmente es que haya de todo un poco. De cierta forma estamos predispuestos al amor, digamos que es algo natural en todos, pero de la misma manera tenemos su contraparte, el odio, tanto para el próximo prójimo que se nos acerque como para uno mismo, pero esa es otra historia.

Así que me despido deseándoles que saboreen sus dosis actuales de amor, que puede ser dulce, puede ser salada, o inspipida en el peor de los casos, como quiera que sea, no todo el amor o desamor es eterno y no todo el amor o desamor duele, es cosa de vivirlo y agarrarle el sabor.

Sin embargo, no hay recetas de cocina para eso...

1 comentario:

La señora Presidenta dijo...

cómo que no???
el amor sí apesta!!!!!!!!!!!!

love sucks!!!