Los pensamientos se convierten en cosas

Acabo de ver la película The Secret o El Secreto y siento la necesidad de compartir algo de la misma. Una de las frases que más se me quedaron fue thoughts become things o los pensamientos se convierten en cosas. Es algo que yo mismo he vivido y, lo creas o no, es algo que definitivamente tú estás viviendo y que ni cuenta te has dado, porque todos los días generamos pensamientos y deseos por ciertas cosas y situaciones. Somos el producto de lo que pensamos.

El secreto está basado en algo que se le conoce como Law of Attraction o Ley de Atracción, lo cual es explicado en el DVD de manera más detallada, pero básicamente es algo que muchos ya conocíamos pero que quizá de manera inconsciente ignoramos. Puesto de forma bastante simplista, si nos enfocamos de manera convencida y positiva en algo, eventualmente eso se manisfestará en nuestra propia realidad. Sé que suena como cuento o como choro-barato-mareador, pero es verdad, me creas o no. Tú haces que las cosas sucedan.

Recomiendo ampliamente The Secret tanto para quienes ya hayan escuchado algo y no la han visto o para quienes ni idea de lo que se trata. Es un documental al estilo de What The Bleep Do We Know? o ¿Y Tú Qué Sabes? pero sin tanta cuestión técnica que puede llegar a cansar por la sobrecarga de tanto material espeso en tan poco tiempo. The Secret se enfoca en casos particulares y en cómo aplicarlo a nuestra vida cotidiana de manera consciente.

Ver la película me hizo recordar cómo es que en varias ocasiones yo he hecho que el universo conspire para que sucedan las cosas, increíble, pero si quieres algo lo llegas a tener. Por ejemplo, cuando quieres encontrarte a alguna persona y de pronto te la topas, o recibes una llamada telefónica o un e-mail. O como cuando entras a una rifa y te conveces de tal manera que ganas el premio, o cuando visualizas (un elemento clave en todo esto) una situación, evento, algún objeto material, sentimiento o persona y de repente ahí lo(a) tienes justo frente a tí. Todo eso también los conocemos como objetivos o metas, y es algo que muchos deportistas hacen durante sus entrenamientos, se ven a ellos mismos recibiendo el premio y sienten que ya es suyo.

Muchas veces he escuchado frases como "sabía que me iba a pasar" o "ya me lo esperaba" y efectivamente, les pasa, y lo peor del caso es que no son cosas precisamente placenteras. Por ejemplo, hace poco le pregunté a una amiga que cómo le iba en el amor y ella me contestó "mal, ya sabía que él le iba a fallar" y aunque él en realidad no le hubiera fallado, quizá ella lo estaba orillando a eso y estaba demasiado enfocada a descubrir que él la engañaba, de manera que notaba más lo malo que lo bueno para que al final ella pueda justificar placenteramente diciendo "yo tenía razón, me falló... (como todos los hombres que me topo)", y luego se pregunta mucha gente a sí misma "¿por qué a mí?", la respuesta es sencilla: porque estás demasiado enfocado pensando en que algo NO te pase, cuando deberías estar enfocado en lo que SÍ quieres. Al escribir esto, me viene a la mente un post de Bröcoli titulado JAPPYeternalNESS donde habla algo de esto y de la búsqueda de la felicidad, y se hace la pregunta de ¿por qué buscamos donde no encontramos? a lo que yo le respondo: "quizá sea porque nos da miedo encontrar" y añado "porque nos gusta no encontrar" o "porque buscamos convencidos de que no encontraremos".