Sin querer y sin planearlo
me arrancaste un "te quiero" de los labios.
Te comenzé a querer sin darme cuenta
y no quiero pensar en más allá.
Eternos instantes fugaces
ardiendo bajo la luna llena
envueltos en frío nocturno
pronto la luz saldrá.
Tus lindos labios encendidos
me dejan sin respiración y sin habla
sintiendo la necesidad
de encontrarlos con los míos.
Y sigo y me aferro
a no soltarme al fondo
por el miedo a quizás perderme,
por la incertidumbre de lo desconocido.
Observas mis pasos y movimientos,
me aconsejas por dónde ir,
y yo cual niño obediente
aprendo rápido y te sigo.
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