Ayer martes fue un día medio raro, comenzando desde que dormía. Escuché el desperator en la mañana como todos los días pero como me tocaba entrar al mediodía decidí dormir un poco más. Al igual que todas las veces que tengo que entrar más tarde, ilusamente pensé en levantarme temprano para aprovechar la mañana en algunas cosas pendientes que tengo. Pero pasó lo que pasa siempre, me fui de largo y esos minutos se convirtieron en horas y se me volvió a hacer tarde, como si fuera en la mañana. Soñé mucho, yo creo que por eso no quería pararme de la cama porque varias veces abrí los ojos y veía la hora en mi celular que dejo por las noches en la silla con ruedas multiusos que tengo tanto como buró como para ensayar en el piano y para sentarme en el escritorio frente a la computadora. Veía la hora y volvía a cerrar los ojos pensando "ahorita me levanto". Total que me dieron las 11 am y otra vez había desaprovechado una mañana más y si no me apersuraba corría el riesgo de llegar tarde. Me sentí como cuando era chico que llegaba tarde a la escuela a pesar de vivir bien cerca. Hice lo mismo de siempre y salí hacia el coche. Intenté arrancar y nomás no quiso. Le volví a dar otro llavazo y nada. Todo parecía indicar que la batería había muerto. Avisé al trabajo de la situación, dije que llegaría en cuanto arreglara el problema y dijeron que no había problema por el retraso. Primero pensé en pasarle batería de otro coche, en el de los vecinos, pensé, sin embargo, no había nadie pues no estaba ni un coche. Así que pensé en Sergio y Adriana, con quienes comparto el depa. Sergio estaba en una junta, se ofreció a ayudarme en cuanto saliera ya que coincidicía con su hora de comida, aunque no lo escuché muy convencido. Le llamé a Adriana que trabaja relativamente de la casa y al parecer a veces come ahí, pero su celular lo dejó olvidado en su cuarto porque lo escuché sonar cuando le llamé. El coche lo había dejado a la vuelta de la casa porque como saldría más tarde no quise dejar a Sergio encerrado con mi coche. Enfrente de donde dejé el coche, está una casa que convirtieron en empresa que no sé a qué se dedican, pero por primera vez toqué el timbre para ver si alguien me podía pasar batería, salió una chica, como la recepcionista y me dijo que no había nadie y que ella no podía ayudarme, pero que tal vez más al rato llegaría una persona que sí. En eso, mi jefe me llamó para pasarme el teléfono del servicio de LTH y me lo aprendí porque no tenía dónde apuntar en ese momento, está fácil (01-800-8358-400). Llamé para pedir informes pero no solicité que fueran pues pensé en solucionar el problema pasándole corriente a la batería de alguna amistad. Le hablé a Angy pero su coche es automático y no tiene cables para pasar corriente, luego le hablé a César pero tampoco tenía los mentados cables. Total que decidí mejor ir caminando al Soriana para comprarme los dichosos cables. Cuando regresé ya había llegado el chofer de la empresa que está a la vuelta de mi casa quien tal vez sí me podría ayudar. Le quitó las tapas de la batería y le echó agua a las celdas de la batería porque ya estaba prácticamente seca. Hasta donde yo sé se supone que esas cosas llevan ácido sulfúrico con agua destilada y deben ir a cierto nivel de líquido, pero bueno, eso es la teoría porque se supone que con agua de la llave y al tanteo también funciona. Pero no funcionó. Conectamos los cables y nada, no cargó ni logró arrancar ni nada. Así que, en vista del éxito no obtenido le hablé a los de LTH. Dijeron que en 45 minutos a 1 hora máximo llegaban, pero que podía ser en menos tiempo. Como no tenía efectivo tuve que volver al Soriana caminando, cabe mencionar que el Sol estaba picosón y no había mucha sombra que digamos. Llegué al cajero pero con la misma me regresé porque decía que "disculpe las molestias... bla bla bla" y que en media hora más regresara. Y ahí voy de retache al coche estacionado a la vuelta de mi casa. Como no llegaban entré a la casa por un bote de agua. Después de poco tiempo llegaron los de LTH y cambiaron la batería. Total que al primer llavazo arrancó y todo volvió a la normalidad, afortunadamente también aceptaban pagos con tarjeta de crédito y débito. Entonces ya me fui al trabajo. La tarde estuvo bastante movida. Muchas broncas en servidores Linux. Terminé comiendo después de las 5 pm, afortunadamente había "desayunado" (casi al mediodía) unos huevos a la mexicana.
Pero bueno, en realidad lo que yo quería contar es que de todos esos sueños que tuve antes de pasar por el incidente de la batería muerta, era que soñé con mi maestra de quinto y sexto de primaria, la señorita Rosa María, que me dio clases en el Colegio del Valle de Macuspana, Tabasco. Cosa rara porque no venía ni al caso. De entrada en el sueño yo estaba en Nueva York con mi hermana Doris, ¿por qué? no sé, al parecer de compras y para conocer supongo. Decidimos separarnos para que ella fuera a checar sus cosas y yo las mías. En el sueño recuerdo que ya teníamos que reunirnos de nuevo pero a mi celular se le estaba acabando la batería (ups, creo que fue una señal ahora que lo escribo) y también teníamos problemas de recepción e incluso hasta el crédito se nos estaba terminando. Puras broncas pero el chiste es que nos volvíamos a ver y ya. Luego de ahí recuerdo que ya estábamos a punto de comer en un restaurant tipo Chilis, pero ahí ya estaba mi hermano Luis y mi hermana Jessica. Bueno, total que no habían mesas y teníamos que esperar (jajaja, no te digo, puras broncas). En eso se libera la mesa y ahí vamos, pero la mesa estaba en la parte de arriba y para llegar ahí había que caminar una especie de rampa en lugar de escaleras, pero la verdad estaba medio difícil subir porque estaba muy inclinada y en forma de curva muy pronunciada, para lo cual le habían hecho unas rayaduras para que no estuviera lisa y no se resbalara la gente (¡qué loco! hasta recuerdo que tenía pintadas unas franjas amarillas que se estaban despintando por tanta gente que había pasado, supongo). Además de mis hermanos, también habían otras amistades pero no recuerdo exactamente quiénes eran. En el sueño Jessica se enojaba conmigo porque estaba batallando para subir porque sus zapatos se resbalaban y nadie le ayudaba pues todos nos habíamos adelantado, total que me regresaba y le ayudaba. Recuerdo que la toda la gente que atendía hablaba español, la verdad no recuerdo haber soñado en inglés nunca en mi vida, quizá fue por eso. De ahí recuerdo que de pronto estábamos caminando en Nueva York en una parte que se me figuraba a la calle de Morelos en el centro de Monterrey, donde está Interplaza Shoptown y muchos locales ahí en el centro, jeje, nada que ver, y en eso que ¡zaz!, de la nada aparece mi ex-maestra de la primaria. Se veía exactamente igual a como yo la recuerdo, o más bien a como aparece en una foto que tengo con ella. No se veía más vieja, o sea, más grande, no, se veía joven. No recuerdo que me haya dicho nada, sólo me veía de buen humor con su clásica sonrisa. Llevaba su ropa impecable, que si mal no recuerdo era como blusa azul y falda oscura, su cabello negro corto bien peinado y sus zapatos muy limpios. Casi todas las maestras de esa primaria formaban parte de la Congregación de las Siervas de Jesús Sacramentado (SJS) y llevaban una cadena plateada con un dije en forma romboide con las siglas SJS. Yo simplemente la vi y ella me sonrió, le dije que estaba igualita, que no había envejecido, lo cual se me hacía muy raro pero que me daba mucho gusto verla de nuevo. De repente ella desapareció pero yo sabía que ella seguía ahí pues se sentó en una especie de banca pero amueblada y noté que se sumía por el propio peso. Raro. Y pues bueno, después de eso creo que me desperté y ya se me hacía tarde para llegar al trabajo pues eran las 11 y algo de la mañana. Me pregunto, ¿qué habrá pasado con la señorita Rosa María? Creo que es la maestra que más recuerdo de la primaria ya que le tenía mucho cariño y también porque nos dio clases dos años seguidos. Siempre nos contaba como anécdotas/metáforas, todas orientadas a que hiciéramos caso y nos portáramos bien. Recuerdo que nos acostumbraron a recibir a cualquier persona que entrara al salón poniéndonos de pie y diciendo en corito su nombre, algo así como "¡bue-nos dí-as se-ño-ri-ta Ro-sa Ma-rí-a!" (separando las sílabas y cantadido). Lo mismo hacíamos con la directora ("... se-ño-ri-ta di-rec-to-ra!") o el maestro de educación física ("... ma-es-tro Chan!"). De igual forma nos hacían escribir "¡Bendito sea Dios!" en el encabezado de todas las hojas de todas las libretas que usábamos. Recuerdo que en una ocasión la maestra Rosa María nos pidió hacer algo en clase, unas multiplicaciones o algo así. Yo, como buen alumno y niño del cuadro de honor las terminé rápido y luego ya no tenía nada que hacer. Entonces me puse a contar cuántos éramos en el salón para perder el tiempo o no sé para qué (por ñoño), yo pensé que nadie se había dado cuenta porque había sido "discreto" con el dedo contador (el índice), mis ojos entornados (entreabiertos) y mis labios moviéndose impercepriblemente de cuando cuentas en voz baja. Al terminar la operación percibo la mirada de la maestra que sonriendo me pregunta "¿entonces cuántos son?", jajaja, me cachó multiplicando el número de filas por el número de alumnos en cada fila para calcular el número total de alumnos en el salón (¡neeerrrddd!). También me acuerdo de una vez que jugando en el recreo se me rompió el tiro del pantalón y fui a preguntarle que si tenían hilo y aguja para coserlo, total que me dijo que pasara al baño de la casa donde vivían, que le pasara mi pantalón y que ella lo cosería, esa casa era dentro de la misma primaria donde vivían todas. También recuerdo la vez que fui a un examen que era una eliminatoria a nivel local para pasar al siguiente nivel en el concurso de esos para ver al Presidente de México, que en ese entonces era Carlos Salinas de Gortari, total que fuimos a una primaria pública (de gobierno) de ahí de Macuspana. Yo iba bien preparado y estaba seguro que lo ganaría pero resultó que a la mera hora ganó el niño de esa escuela y al parecer resultó que dicho niño era pariente del director o un maestro de ahí algo así y que por eso ganó. Incluso la directora y las monjas como que se molestaron por la supuesta trampa. A mí la verdad me dio entre coraje y tristeza y precisamente fue la señorita Rosa María que al verme con los ojos llorosos ya de vuelta en nuestra primaria decidió hacerme un regalo, pues para la directora y para ella yo había ganado el primer lugar, el regalo fue una cadenita y un dije de oro de ella. La verdad debo decir que no recuerdo dónde quedó dicha cadena pero el hecho fue muy emotivo y significativo de su parte, ya que por ese evento me quedé sin conocer en persona al mismísimo CSG o Casi Sin Greñas. Lo curioso fue que uno de los que nos cuidaban para que no nos copiáramos de vez en cuando pasaba por las filas y nos soplaba algunas respuestas que él veía sin contestar. Quizá estaba aburrido y ya se quería ir. Entonces, regresando al tema, la verdad no recuerdo haber conocido el verdadero nombre de la maestra Rosa María, nombre, al igual que muchos otros nombre, según entiendo es usado de pila cuando entran a esa Congregación.
3 comentarios:
Hola!
chin!, esto es muy largo para leer en horas de trabajo y más con los tantos post atrasados. Pero que bueno que has regresado a visitarme!! me acuerdo de ti.
:) saludos
Hola que padre sueño eh!!!!
Fijate que a mi me pasó pero en la realidad me encontre con la religiosa SJS (que era la directora cuando estudie la secundaria) hace 1 mes y se conserva igualita como que los años no pasan por ella, y tiene una excelente memoria porque se acordó de mi :)
ala aldoo! que sueño tan detallado, yo nunca me acuerdo asi de mis sueños (bueno, de las pocas veces que me acuerdo lo que sueño)
yo creo que lo de nueva york es una señal para que vayamos jajaj
y lo de jessi fue algo normal en ella que se haya enojado jaja
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