14 agosto 2007

Si gasta a lo pendejo, no pregunte por qué está jodido

Una cosa lleva a la otra, así es la vida siempre. Si te pones a ver con calma te darás cuenta que así es. Es como la Ley de Causa y Efecto, como la Tercera Ley de Newton, o como la Ley de Atracción. Aunque bueno, ahora que hay cosas que ni qué, ¿tengo o no tengo razón? pero de que una cosa lleva a la otra es un hecho, y no me refiero solo al clásico de "la casa sola, nosotros solos (ebrios), la luz tenue, la música romántica... una cosa llevó a la otra", sino a un plano más general. Recuerdo que cuando era niño fui con mi mamá a una especie de tianguis o mercado sobre ruedas que se instabala en un parquecito cerca de la casa de mi abuelita en Poza Rica, recuerdo muy bien que vendían, entre muchas cosas, unos letreros, uno decía "Hoy no se fía, mañana sí", otro decía "Qué gacho ser hijo de un borracho", y el que más me gustó fue precisamente el de "Si gasta a lo pendejo, no pregunte por qué está jodido". ¿Obvio no? Así es la vida siempre, una cosa lleva a la otra.

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