- ¡Ya estoy harto de tus berrinches! ¡Mejor aquí termina todo y ya no quiero saber nada de tí!
- ¡Yo también estoy harta de tí! ¡Es que tú no me quieres! ¡Sólo quieres tiempo para tí! ¿Y qué hay de mí? ¡Eres un egoísta!
- ¡Mira, a mí no me vas a estar haciendo esos arranques, ya no quiero estar siempre tratando de arreglar las cosas y que todo esté bien!...
- ¡Ya mejor déjame en paz!
24 horas después (o menos)...
- ¡Mua! ¿Te traigo una coca light para la pizza, chiquita?
- Sí amor, y también trae algo de postre.
- OK, sigue acostada viendo la tele y tápate que hace un poco de frío, no me tardo.
- ¡Besos!
Yo siempre estoy asociando todo con la música, y pues ahora no es la excepción. Cuando era chico solía escuchar canciones de Chico Ché, sí, lo sé, para muchos puede llegar a ser "naco", otros más ni si quiera saben que existió (y menos que murió por un derrame cerebral por sobredosis según recuerdo), pero no me importa, yo lo escuchaba porque en ese entonces vivía en Tabasco y estaba de moda, así que no te escapabas de escucharlo. Bueno, la cosa es que había una canción que me gustaba mucho, que se llamaba "Te Odio y Te Quiero", y tiempo después la escuché en una versión más "nice" con Tania Libertad, sin embargo, acabo de descubrir que es de un chileno que se llamaba Osvaldo Gómez que fue pionero de los boleros por allá en Chile, y que también la cantaron Julio Jaramillo y Víctor Iturbide.
Aquí pongo la de la canción, que resume un poco este asunto.
Me muerdo los labios para no llamarte. Me duelen tus besos me sigue tu voz.
Pensando que hay otro que pueda besarte se llena mi pecho de odio y rencor.
Prendida en la fiebre brutal de mi sangre te llevo muy dentro, muy dentro de mí.
Te niego y te busco, te odio y te quiero, y llevo en el pecho un infierno por tí.
Te odio y te quiero porque a tí te debo mis horas amargas, mis horas de hiel...
Te odio y te quiero: Tú fuiste el milagro, la espina que hiere y el beso de amor.
Por eso te odio. Por eso te quiero con todas las fuerzas de mi corazón.
No quiero nombrarte y busco en las copas el vino de olvido que nunca se da.
Pensando en arrancarte busqué en otras bocas el beso que borre tu beso inmortal.
Y todo es inútil, ni copas ni besos pueden separte de mí, te llevo en mi sangre,
te odio y te quiero, y tengo en el pecho un infierno por tí.
Casualmente estaba escuchando a Moderatto con "Dame un Beso" y esa también resume de cierta forma el mismo asunto, pero sin romanticismo ni palabras bonitas, y creo que ahora entiendo un poco el gusto a ese deporte extremo de las peleas entre parejas, y se resume en la siguiente frase: