Inventaré una historia corta más.
Él: Hubiera sido cualquier otra persona más y tal vez lo hubiera comprendido... ¡¿pero por nadie?!...
Ella: Créeme que me duele que las cosas vayan a terminar así. Fueron meses realmente hermosos, de no haber sido por esto mañana habríamos cumplido el año juntos. Aún recuerdo el día que nos conocimos, el 14 de Febrero. Toda mi vida siempre he pasado el tan mentado "día del amor y la amistad" sola yo y mi alma. A pesar de estar con mis amigos y mi familia, no sé por qué pero ese día en especial todo se juntaba y me sentía particularmente sola. Al ver que mis amigas salían con sus novios o sus pretendientes, moría de la envidia de que no fuera yo. Pero el día que te conocí, hace casi un año, me di cuenta que sólo quería estar junto a tí, pasar el tiempo juntos haciendo tal vez nada, viendo el techo o las nubes en el cielo, caminar juntos por la playa, subir contigo ese cerro, pasar fríos y calores, oler tu perfume, escaparnos un día a otra ciudad, sudar contigo. Tantas cosas pasaron por mi cabeza cuando tocaste mi rostro y espalda, después del primer beso. Sentí mucha tranquilidad y seguridad de saber que estabas conmigo. Y no me importaba que muriéramos de frío bajo la lluvia de la noche, no me importaba que la gente nos fuera a ver tapados con un paraguas feo en el que apenas si cabíamos los dos, tampoco me molestó que aquél taxi nos salpicara cuando pasó por el charco cuando me ibas a dejar a mi casa. Mis prioridades cambiaron de un momento a otro y sentía que las cosas tomaban su correcto lugar, todo estaba en orden. Quiero que sepas que todo lo que pasó entre nosotros fue real, nunca te mentí, sabes que siempre me pongo nerviosa cuando lo intento hacer y te das cuenta enseguida porque me tiembla la voz y no sé qué hacer con mis manos sudorosas. Creo que todas las cosas tienen un tiempo y un lugar y siento que lo nuestro ya se desfasó en ambas cosas. Siempre he pensado que nunca he de casarme y tal vez pienses que esté loca, no te alejas mucho, pero no puedo y no quiero aceptar tu propuesta. No me quiero casar. No es por tí, sino nunca me quiero casar con alguien. Sé también que es un incongruencia de mi parte al no habértelo dicho antes pero nunca pensé que llegáramos a este punto. Una parte de mí me dice que pase el resto de mi vida en soltería o en el peor de los casos, en unión libre, lo cual me agrada, pero por otro lado tengo demasiada presión por todos lados y la gente se empeña tanto en hacer la tan fastidiosa frase de "¿y qué?... ¿para cuándo te casas?", como si ese fuera el objetivo final de la vida y si no lo haces estuvieras marcada. Si te digo adiós, no es porque quiera irme con alguien más, al contrario, te dejo por nadie. Espero que me comprendas y que me aceptes. Creo que tú fuiste educado para casarte y tener hijos, lo cual lo comprendo y lo acepto. Creo que en ese sentido tenemos la mirada clavada hacia distintos puntos en el horizante.
Él: Casarse no es mi objetivo, sólo quiero estar contigo y con nadie más. Comprendo todo lo que me dices. ¿Sabes? yo siempre creí también que nunca encontraría a alguien y que sería el tío solterón de la familia. Siempre me tocó ir a las bodas de mis amigos y primos, luego vi cómo se divorciaban, de algunos otros vi cómo crecían sus hijos. También me taladraban con la misma pregunta que a tí. Al principio me molestaba e incomodaba, pero después ya no. Y debo reconocer que tan solo la palabra "martiomonio" era casi sinónimo de "funeral". Pero eso era porque lo veía desde el otro lado del vidrio del aparador. Créeme, no es tan malo que dos personas quieran vivir juntas su vida por el resto de sus días, en realidad por naturaleza buscamos estar con alguien. También entiendo que por tu personalidad hayas hecho tan tuya esa idea de vivir soltera toda tu vida, incluso podría pensar que tomaste esa decisión para no ser como las demás, por no ser la típica mujer abnegada y sumisa de su marido y relegada a las labores del hogar y los hijos. Comprendo también que tienes muchos planes en tu vida y que piensas disfrutarlos más sola y sin compromisos, yo también soy de esa idea. Siempre tuve miedo a muchas cosas como el compromiso y la responsabilidad del matrimonio. No és nada fácil y después de ver muchos casos, la verdad es que ni a mí se me antojaba. Yo también recuerdo ese 14 de Febrero, hace casi un año. Quién iba a pensar que gracias a un descuido de mi hermano finalmente te iba a conocer. Normalmente ese día yo lo pasaba como cualquier otro día, nunca planeaba nada y sólo salía si no había nada mejor que ver en la tele. Conectarme al messenger era intolerable al ver los nicks tan melosos y cursis de muchos o la clásica pregunta de "¿qué vas a hacer hoy?". Siempre había criticado a las parejitas de novios dándose besitos mientras andan en sus coches o los que se toman de las manos mientras caminan por el parque. Todo eso me era totalmente ajeno e inaceptable. De pronto me di cuenta que hacía cosas similares pero no me importó, incluso podría decir que me llegó a gustar...
Ella: ¿Pero estás conciente que sólo llevamos un año de conocernos? Hemos pasado por varias etapas, es muy cierto, ¿pero tanto así como para proponerme matrimonio? yo creo que estás confundiendo las cosas...
Él: No, no estoy confundido. En realidad quiero casarme contigo. Lo que sí entiendo ahora y que quizás tengas razón es en el tiempo que tenemos de conocernos, un año es muy poco pero también toma en cuenta que en un año puede pasar muchas cosas en una relación. Ambos no somos los mismos y hemos aprendido mucho uno del otro. También hay muchas cosas que no soportamos de ambos, sin embargo, lo que sentimos lo hace tolerable...
Ella: Sí, sí, sí... mira, ¿es que no lo quieres ver? esta conversación no nos lleva a ninguna parte. Mi decisión está tomada. No te voy a decir que no te quiero ver, porque no es así, pero sí te voy a pedir que no me sigas insistiendo en esa tu idea de casarnos porque entonces sí no te querré ver más. No quiero que crezcan en tí falsas expectativas de vida conmigo...
Él: Entiendo. Entonces, ¿tanto para decirme que no? no es para tanto, en realidad por mí está bien en que sigamos como hasta ahora. A mí también me agrada la idea de estar así, incluso de vivir en unión libre. Eso de casarse es un contrato un tanto peligroso si no se leen y aceptan las letras chiquitas. Te amo y te acepto así como eres. Ahora que lo dices y lo pienso, sí estoy confundido, en realidad no quiero casarme contigo ni llenarle la barriga a gente desconocida en una boda despilfarradora. Lo que realmente quiero es estar contigo, vivir contigo, pero confundí eso con matrimonio. Olvidaré pues esa idea y no pensaré más en eso. No quiero perderte y quisiera que las cosas sigan como siempre, disfrutando el momento y no pensando demasiado en lo que pueda pasar, hay que darle tiempo al tiempo.
Ella: Está bien, acepto no casarme contigo.
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