12 septiembre 2005

Cómo comerse un helado de barquillo gigante y no morir en el intento

Cuando me dio mi barquillo estaba sacado de onda pues no sabía si era una broma, un error, un regalo o un premio, o qué pex. Parecía que me había servido como 1/4 de kilo de helado (o más) en mi barquillo. Tenía tanto helado que hasta me daba miedo que se me fuera a caer por el peso, que aunque sí se desbordaba no se caía. Salimos, cada quien con su mega-helado sencillo y nos sentamos en una baquita de ahí afuera para comenzar con la aventura.

Quizá no he vivido mucho o no he visitado muchas heladerías por el mundo, pero anoche me comí el helado de barquillo sencillo más grande en toda mi vida. Después de cenar una deliciosa hamburguesa (de rata, como le decíamos los del 2A cuando vivíamos a una cuadra del Tec) a mí se me antojó un helado de chocolate de barquillo, así que nos fuimos a La Sultana que está en Río Pánuco.

Había un poco de fila esperando sus nieves, helados y paletas cuando llegamos. Ella y yo nos compramos cada quien un helado de barquillo sencillo, pues pensamos que si era como el de la foto del menú entonces sería suficiente para el antojito. Llegó la hora de pedir el sabor y yo pedí de chocolate con nuez. La señorita que los servía comenzó a ponerle cada vez más y más helado al barquillo. Cuando creí que ya me lo iba a dar, ella le seguía incorporando helado, tanto que parecía que era un helado triple o cuádruple (si es que existen). Por dentro pensaba: "se habrá confundido con uno doble y me está sirviendo de más", pero no dije nada.

Mientras esperábamos a que nos los sirvieran comenzó a llegar más gente y la heladería se llenó. Parecía que había una desesperación de la gente por comer helados, nieves y paletas. Eran casi las 10 de la noche, hora en que cierran todos los días el lugar, y la gente seguía llegando.

Sentados afuera en las banquitas, como hacía un poco de aire, al cabo de poco tiempo los helados comenzaron a gotear lentamente y nosotros le metimos velocidad para comerlos. Casi ni hablábamos por estar con el helado y hacíamos bromas al respecto. Después nuestras dudas fueron aclaradas cuando salieron unos chavos y chavas con sus caras felices y sus helados sencillos gigantes.

Finalmente terminamos con los helados y casi ni podíamos movernos de lo llenos que quedamos. Creo que fue el helado de chocolate con nuez más grande que me he comido en menos tiempo (una más para mis Guinness Records personal). Al final, ambos estábamos agotados, casi como cuando terminas una carrera de 10K o de haber practicado algún deporte extremo. Teníamos una sobre dosis de helado y por un momento pensé que ya no tenía sangre en las venas, sino helado. La hamburguesa más que la cena parecía que había sido el postre antes de la comida.

NOTA: Quiero aclarar que la heladería no me pagó ni tengo al gerente de La Sultana con una pistola en mi cabeza para que le haga publicidad a su negocio. No. Simplemente quería compartir la anécdota y aunque ha sido un poco alterada no dista mucho de la realidad. El barquillo sencillo SÍ tenía MUCHO helado, quien no me crea dese una vuelta y por 15 pesos compruébelo por sí mismo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿No habrá uno con Tequila? jaja, se me antojo "na mas"...

Gracias por la visita y el comentario.

Simona Sixx dijo...

No sé si te refieras a las hamburguesas del Tec que estan en los locales entre el Super 7 y La Michoacana pero esas también estan INMENSAS y la carne sabe raro!

Y los helados (aquí les decimos nieves) sí estan muy grandes, yo nunca me lo acabo todo, a veces lo tiro para comerme la galleta. Es que no me gusta mucho el empalago del la nieve. Saludos!