16 diciembre 2003
Y te observo sin que me veas
Miro cada detalle de tu rostro y lo recorro cuidadosamente con mi mirada. He memorizado todos los caminos que cruzan tus labios y tus ojos. Tú me hablas y yo te escucho de frente, inmóvil, tranquilo. Mientras tanto, siento cómo mi alma se desprende de mi cuerpo y lentamente me voy acercando a tí. Me quedo a 10 cm de tu cabello, su aroma me incita a acercarme más y a acariciarlo. Acerco mis labios entre tu espalda y cuello y te doy un beso suave y dulce, y así voy rodeando tu cuello hasta llegar detrás de la oreja, paso por ella y llego a tus ojos cerrados y tu frente. Luego voy bajando mis labios hasta llegar a tu boca donde me detengo. Tú me sigues hablando y mi cuerpo sigue asintiendo con la cabeza frente a tí. Tomo tu cara con mis dos manos, te toco sin que me sientas y te observo sin que me veas. Súbitamente regresa mi alma a mi cuerpo y me encuentro de nuevo frente a tí mirándote a los ojos, pretendiendo escucharte con atención, asintiendo con la cabeza frente a tí.
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