04 noviembre 2003

¿Quieres ser mi novia?

Minutos antes de terminar la clase antes de salir al receso en el bachillerato, de esos tí­picos dí­as donde no hay nada que hacer y todos platican antes de oir el timbre, estaba una compañera de clase sentada en la fila de enmedio hasta adelante y yo detrás de ella.

- ¿Y por qué no le dices? - Me preguntó.
- Pues porque aún no me atrevo, yo creo que mejor luego le digo, además creo que mejor como amigos. - Contesté.
- Ay pues qué cobarde eres. - Me dijo ella. No me lo hubiera dicho. Me sentí­ como Kevin Arnold en uno de esos capítulos de los años maravillosos, casi podí­a escuchar una voz que al fondo decí­a: "Y fue entonces cuando tomé una decisión que cambiarí­a mi vida".

Me levanté de mi lugar y me dijirí­ al de ella. Ella estaba en la fila pegada a la pared. Poco a poco me voy acercando con actitud segura y en mi cabeza se robustece la idea de declarármele, aún enfrente de todos. Finalmente estoy parado frente a ella que en ese momento me volteó a ver con una tierna mirada interrumpiendo su conversación con su amiga de junto.

- ¿Quieres ser mi novia? - Le pregunté. Mi mente se había puesto en blanco y no sabí­a qué seguirí­a en este episodio inventado por mí­.
- ¿Es en serio o es en broma? - Me contestó con mirada incrédula y un tono de extrañeza. Como balde de agua frí­a sentí­ el regreso a la realidad, como si hubieran entrado los comerciales. Por instantes pasaron muchas posibles respuestas, e intentaba hayar una coherente, válida, sincera y convicente. Lo único que pude decir fue:
- Sí­, es broma. - Y me regresé a mi lugar para esperar el timbre del receso. No sé qué pasó. Fue un error de la Matrix o algo. Regresé a mi lugar peor de como había salido, pensando que habí­a hechado todo a perder y que mis esperanzas con ella habí­an muerto.

Sonó el timbre y casi todos salieron. Yo me volví a dirigir a ella que aún seguía en su lugar y me senté un asiento adelante volteando hacia ella. Volvimos al tema de que si mi pregunta era una broma o si era en serio. Le fui franco y le dije que me acorbardé porque yo sentía que no sabía ser novio y por eso no pude sostener mi pregunta en serio. Me dijo que cómo lo podría saber si no lo había intentado, y que podíamos tratar. Pero ahí voy de necio e insistí en que mejor nos siguiéramos llevando como amigos pues yo no sabía ser novio. Y así quedamos, "como amigos".

Obviamente las cosas a partir de ese día cambiaron, como en casi todas las historias similares en donde terminas "como amigo". Ambos nos distanciamos, creo que más yo. Al poco tiempo ella comenzó a andar con un amigo, al cual hasta le di ánimos para llegarle a ella. Al poco tiempo ellos cortan pues al parecer ella era muy posesiva y celosa con él. Tiempo después ella comenzó a andar con otra persona con el que algunos años más tarde se casaría y tendría un bebé.