10 noviembre 2003
Seducción
Nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos y la boca. Nuestros corazones parecían pretender salirse y nuestras más ardientes fantasías se llevaban a cabo en nuestras mentes. Cada movimiento, por más delicado y sutíl que fuera parecía como un acto de insinuación y seducción. Los sentidos se agudizaban y el tiempo comenzaba a alentarse. Parecía que las posibilidades de lo que seguiría se dirigían a una sola cosa, sin embargo, parecía que nadie quería dar el primer paso por temor a estar equivocado. Fue entonces cuando acaricié su rostro y fui acercando mi boca a su cuello. Nuestros alientos parecían ser lo único que se escuchaba en toda la habitación. Luego, casi sin darnos cuenta explotaron los primeros besos... le seguimos?