23 enero 2004
Incrédula curiosa
Niña inocente. Aún crees en el amor eterno y en los príncipes azules. Necesitas uno y estás enamorada de uno. Para serte sincero me recuerdas a alguien de quien estuve ilusionado, pero ya no más. De ella sólo tengo una pequeña historia infructuosa y cobarde al declarármele en el salón de clases en medio de todos para finalmente decirle "es broma". Siempre buscando respuestas y por qués. Incrédula de lo que te digo, no sé para qué necesitas ponerle nombre a quien le escribo en mi blog. Dices que te mata la curiosidad por saber al menos sus iniciales. Sus iniciales podrían ser todas las letras del alfabeto y aún así quedarías insatisfecha con la respuesta. Quieres que la señale con mi dedo y te diga "ella es", quieres verle finalmente un rostro, quieres saber quién me inspira, pero ¿para qué?, yo no le veo el caso. No me crees lo que te digo y quieres ponerme a prueba de que no miento. Sabes que no sé mentir bien y sería mejor dejar las cosas así, a la imaginación.
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