El año pasado compré una cafetera específicamente para traerla a la oficina y poder disfrutar de un buen café veracruzano (que usualmente traigo cada vez que voy al puerto) junto con los compañeros del trabajo. Todo iba bien hasta que de repente y gracias al supuesto mal uso de la misma (por alguien más que nunca dio la cara, quiero pensar que no se dio cuenta que la descompuso), la cafetera pasó a mejor vida, pues se mojó de la circuitería y hacía el ruido clásico de corto circuito cuando se intentaba encender.
Hoy estamos estrenando cafetera en la oficina, no es precisamente nueva, sino que Pilar (quien recientemente entró a trabajar aquí) contribuyó con su cafetera pues no la usaba en su casa y a ella también le gusta el café. La diferencia es que mi cafetera era negra y la de ella es blanca. Ahora seremos más cuidadosos para que sólo personal calificado haga uso de la nueva cafetera y no tengamos accidentes donde "nadie sabe, nadie supo". Estaremos vigilando.
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